lunes, 21 de diciembre de 2009

Ir de compras por Riyadh


Uno de los deportes nacionales femeninos de este país es ir de compras. Básicamente porque es de lo poco que puede hacer una mujer sóla en cuanto a ocio se refiere.
Aquí los centros comerciales crecen como champiñones. Los hay por todas partes. Los hay que son única y exclusivamente para familias (no pueden entrar hombres sólos), hay en alguno de ellos una planta única y exclusivamente para mujeres (que aún no conozco y parece ser que son mujeres las que trabajan en las tiendas) y la inmensa mayoría, si no son todos, los fines de semana sólo permiten la entrada de familias. Durante el resto de la semana pueden entrar también los hombres aunque no vayan con mujeres.

¿Cómo es ir de compras en Riyadh? Pues muy fácil. Se te quitan las ganas de comprar en cuanto te cuentan que no hay probadores. La razón principal que existe para no tener probadores para mujeres (que sí para hombres) es que los dependientes de las tiendas son hombres y, si no hay probadores para mujeres, se evitan que esos hombres tengan la tentación y la posibilidad de ingeniárselas para poder ver cómo se  prueban la ropa las mujeres y, de este modo, protegerlas. Si es que son un encanto!!! Todo el día pensando en nosotras y no hacemos otra cosa nada más que quejarnos!!!

Llegas a las tiendas y tienes que mirar mucho, muchísimo hasta que encuentras cosas decentes que no sobrepasen los límites de la horterada más grande jamás vista. Este tiempo se reduce más que considerablemente si te pasas por Mango,  H&M, Promod y el grupo Inditex al completo.
Una vez que has localizado prendas que te gustan, miras las tallas a ver cuál se puede ajustar más a la tuya.
Compras esa prenda y tienes dos opciones: 
  • Te la llevas a casa, te la pruebas. Si te queda bien, perfecto. Si te queda mal, ya sabes que te toca hacer otra visita al centro comercial para que te devuelvan el dinero o que te la cambien por otra. Para todo ello tienes los plazos en el tiquet de compra.
  • Te vas a los baños de mujeres que suelen tener al lado unos probadores. Si te queda mal, te ahorras otro viaje al centro comercial porque te vas directamente a devolverlo. 
El método que más rápido y efectivo resutla es el segundo. Pero también tiene una técnica avanzada desarrollada por experimentadas expatriadas o cucas descocadas y transmitido a las nuevas generaciones.
Ya os he dicho que aquí se rige todo por los horarios de los rezos. Lo mejor que se puede hacer para ir de compras es llegar después del rezo que ahora mismo termina sobre las 15:15 o, para asegurarte de que las tiendas están abiertas, llegar al centro comercial entre las 4 y 4:15.
A partir de ese momento, veda libre de búsqueda de lo que necesites. Te compras todo aquello que creas que te puede quedar bien (con lo que hay que llevar un pastón encima para que la tarde de compras sea más efectiva) apurando hasta que queden unos 10 o 15 minutos para el rezo.
En ese momento, si vamos varias, nos vamos pitando a por un café para pasar los 20 o 30 minutos de rezo y buscamos la sección de familias para poder tomárnoslo. Pasamos un rato con el café y, una vez pasada la hora del rezo nos vamos a los probadores porque durante el rezo las cucas autóctonas llenan los probadores  para echarse un siestorro, rezar o cualquier otra cosa que podrían estar haciendo en la mezquita femenina en vez de ocupar los probadores. Y a ver quién se atreve a meterse con una cuca ninja o una cuca nazgul, que las carga el diablo...

Lo dicho. Te has tomado el café, vas a los probadores y Superman a tu lado caca. Adquieres +infinito en experiencia en cambio de vestuario. Una vez que has elegido con qué puedes y quieres quedarte, comienza la carrera hacia las tiendas para devolver todo aquello desechado y la recuperación de tu dinero.

Cuando devuelves o cambias una prenda te piden tu teléfono móvil y tu nombre en vez de algo que te pueda identificar de verdad. Lo que hay que hacer en esos casos es dar el teléfono de tu marido y su nombre.
A todo esto, cuando te acercas a los mostradores hay que tener cuidado con las llaves que te pueden hacer las cucas ninja que no saben lo que es esperar su turno o cualquier otro. Da igual que te estén atendiendo a tí. Llega la educada señora, se hace su hueco y planta las cosas encima del mostrador porque ella lo vale.

Si en esa tanda ha habido suerte, te puedes volver a casa tranquilamente o seguir dando una vueltecilla. Y si no ha habido suerte, se repite el proceso anterior. Claro. Luego llegas a casa para el arrastre.

En próximos posts intentaré mostrar los modelitos de fiesta que gastan estas señoras tan discretas. De momento, os tendréis que conformar con una oferta de reyes para todos aquellos que estéis esperando bebes o que acaben de llegar a vuestras vidas. Las cunas más bonitas del mundo. Y eso que cuando hicimos las fotos la tienda estaba cerrada y no hemos podido hacer fotos a algunas que estaban más alejadas y que eran más discretas, si cabe, que estas que a continuación os muestro:
 




4 comentarios:

Unknown dijo...

Me ha encantado tu perfecta descripición sobre ir de compras en aquel lejano pais......... mis tiempos muertos en la oficina los dedico a leerte.
Besos desde Madrid.

Anónimo dijo...

Y qué tal un poco de deporte de contacto con las cucas ninja en los mostradores..

Cuca dijo...

Gracias Mario. Las he quitado y las voy a retocar. En una ya lo había visto y no era muy localizable, pero en la otra, que no me había dado cuenta, cantaba muchísimo.
Las volveré a colgar cuando vuelva.
Feliz Año y muchas gracias

Elena dijo...

En Brasil también para cambiar la ropa te pedían número de pasaporte, dirección y número de telefono!
pero al menos no tenías que luchar contra las cucas ninja y nazgul!