Nuestros vecinos más vistos y numerosos, aparte de las personas que viven en los compounds, son los gatos.
Perros se ven pocos, ya que es el animal maldito porque mordió la mano del profeta, que algo le haría al animalico.
Pues bien, tenemos uno que está siempre de visita y a bastantes de vosotros ya os habré hablado de mi Tigretón. Un gato enorme. Cruce de atigrado con alguna especie de persa o similar y ha heredado lo mejor de cada uno. Cuando está cerca de nuestra casa y llegamos, viene corriendo a buscarnos en busca de mimos.
Pensábamos que tenía dueños porque está muy, pero que muy bien alimentado y está bastante más limpio que la media de la cantidad industrial de gatos que hay por aquí. Ha llegado a seguirnos de paseo por el Compound a casa de un amigo varias veces.
Éste es mi niño mimoso que mejor que no se te suba encima porque te mulle y tiene unas uñas a prueba de pantalones vaqueros (más bien los vaqueros no están hechos a prueba de semejantes garras), pero lo hace con todo el amor:
Atención al tamaño de las zarpas...
Otros pobres no han tenido la suerte que éste y han terminado atropellados por la cantidad de coches que pasan por aquí. El ejemplo que mejor conocíamos era un chiquitín flacucho que estaba siempre delante del portal de la casa de un amigo. Era un gato muy cariñoso. Tristemente murió atropellado por un coche después de las Navidades pasadas. Éste era el pequeñín (en una foto malísima que le saqué):
Éstos últimos 15 días hemos tenido en casa a un bomboncete llamado Pera por la mancha negra que tiene en la barbilla y que parece una perilla. Es el gato que ha secuestrado del compound (de la calle) un compañero de mi marido.
Él se ha marchado de vacaciones estos días y le pedimos que nos lo dejara a nosotros mientras él no estaba. Digo que es un bombón, porque se deja hacer de todo. Le cortas las uñas en menos de 5 minutos si le pillas dormido, porque ni se mueve. Lo puedes dejar durmiendo en cualquier posición. Cuando lo bañas y luego lo secas con el secador, el pobre no se lanza a morderte ni a arañarte. Solo intenta escapar.
Y, después de haberle perreado todo el día, se viene a dormir con nosotros. Se queda quietecito entre los 2, eso sí, después de haber saltado como una gacela durante un buen rato por encima de la colcha cazando todos los pies que se mueven por debajo.
Parece que le han perfilado los ojos como si fuera Cleopatra
Así es como se queda dormido en la parte de arriba del sofá
Y así se queda sin quejarse si le rascas bajo la barbilla.
Cuando está dormido encima de ti, se estira para ver si te puede tocar la cara. Y éstos últimos días me despertaba lamiéndome la barbilla. Es un amor de gato, así que tenemos que dar las gracias al dueño del gato (especialmente yo), porque se han pasado volando las dos últimas semanas y así nos ha servido de entrenamiento para una gatita a la que estaban buscando familia unos amigos y que nos la enviarán en cuanto puedan. A ver si hay suerte y llega en un mes o poco más.
Os dejo con una foto de la que va a ser el tercer miembro de esta familia.
Esta foto la tenemos gracias a sus padrinos, que la están cuidando hasta que nos la puedan enviar y que nos van mandando fotos de vez en cuando. Muchas gracias padrinosssss.
Y visto que aquí nos quedan 2 telediarios porque nos marchamos de vacaciones a la Madre Patria, aprovecho para desearos muy Feliz Año Nuevo, que os traigan muchas cosas los Reyes Magos que irán desde aquí :P
Nos vemos el año que viene