martes, 21 de diciembre de 2010

Levantar la mano en público

Ayer nos fuimos mi marido, 2 compañeros y yo a un zoco a comprar alguna cosilla.
Tras realizar las compras, nos dirigíamos al coche. Uno de ellos estaba hablando por teléfono.
Mientras tanto, el otro nos contó que era el cumpleaños de el del teléfono.
En cuanto colgó, me acerqué a él con la mano en alto (como hubiera hecho con cualquier amigo que no me hubiera dicho nada de que era su cumpleaños) a lo que él respondió encogiéndose de hombros para recibir mi pequeña colleja.
Todo esto parece algo normal y sin ningún tipo de malicia.
Cuando estaba dispuesta a dar la colleja tipo Benny Hill, por alguna razón, miré a mi alrededor y este era el cuadro que me encontré:
Una mujer levantando la mano a un hombre que cumplía 62 años. El hombre encogido esperando recibir una colleja. Los 2 hombres que nos acompañaban sin inmutarse.
Y por último, todos los hombres que había por la calle del zoco mirando como si estuvieran viendo una aparición o algo peor y otro que nos estaba adelantando en ese momento (tal y como lo describieron mis acompañantes) parecía como si su cuerpo siguiera caminando, mientras que su cabeza se quedaba atrás para mirar con su mayor cara de sorpresa la escena.
Evidentemente, la colleja fue muy suave seguida de un felicidades y nuestra vuelta mental a este país donde es impensable que una mujer le levante la mano a un hombre o le lleve la contraria, ya que la palabra de una mujer vale la mitad que la de un hombre.

4 comentarios:

Chus Nevado dijo...

Me lo estoy imaginando y... a saber qué se pensarían que le ibas a hacer, juasssssssssss

Si es que no hay día que no te pase algo, ¿verdad, guapa? Bueno, al menos así luego tenéis algo de qué hablar durante mucho tiempo.

Un beso enorme, guapa. Estoy contando los días.

Anónimo dijo...

JEJEJE ante esta vision en el pais del petrodolar que nos ha tocado vivir deberias haberle dado dos collejas femeninas para que valiese por una masculina jejeje.

FELIZ NAVIDAD

Cuca dijo...

La verdad es que, aunque me sentí muy rara, fue absolutamente glorioso ver esas caras. Es una pena no tener el momento inmortalizado :P

Anónimo, el pobre cristiano que venía con nosotros no se merecía 2 collejas, que había colaborado en la escena encogiéndose de hombros. Ahí bien metido en su papel.

Pues eso, me quedan 7 días para estar a punto de volar de nuevo a la civilización....

Muy Feliz Navidad

Tono Sanchez (Yehudai pa los mas frikis) dijo...

...otra de esas escenas que hacen que me den ganas de recordarles por donde salieron al mundo todos esos del pañuelico en la cabeza.

Por simple estadística se entiende que el pañuelico atrofia el desarrollo intelectual de la población hasta el punto de obviar los más elementales ripios de lo que representa la vida en sociedad HUMANA.