miércoles, 30 de noviembre de 2011

Goterón, goterón: el regreso 4ª parte

Realmente es la segunda entrada relacionada con mi maravillosa catarata privada,  pero es que ya van 4 inundaciones, que se dice pronto.

Supongo que algunos recordaréis que, allá por el 18 de enero de éste año, para dar la bienvenida a mi familia, el país nos deleitó con un día de continuas lluvias de las buenas, lo que provocó en mi cuarto una réplica de unos 60 cm de ancho y de techo a suelo de las cataratas del Niágara con charco de más o menos metro y medio de diámetro alrededor de la esquina afectada. Y así, otras 2 veces más. Pintaron cuando se secó y pasaron olímpicamente de reparar el problema por el que me caía el agua en mi cuarto y en el de otra vecina.
Lo que me dijeron en su momento es que no me preocupara, que lo habían arreglado (juas) y que en éste país no llovía (juas, juas y más juas!!!). 
Es medio cierto. No llueve, hasta el día que le da por llover de verdad.

Ayer llovió. La mañana fue tranquila. No se veía nada en la pared. A eso de las 3 de la tarde aparecieron los temidos chorretones que preceden a la catarata cuando el tramo de pared afectado está ya saturado de agua y la moqueta tres cuartos de lo mismo.

Monto en cólera y llamo muy seria a mantenimiento para que envíen inmediatamente a mi casa al jefe de mantenimiento y al "ingeniero" (más juas. Si ese tío es ingeniero de algo, que baje Dios y lo vea).
A los 10 minutos aparece un fontanero. Claro, le dije que tenía una gotera que se dice igual que una fuga de agua en inglés. En fin. Le digo al fontanero que lo que tengo es una gotera y que él no me puede ayudar. Consigo que venga alguien que pueda hacer algo. Aparecen del orden de 5 tíos. Todos pasan a verla. Me dicen que sólo yo tengo gotera. Hablo con la vecina de arriba que también tenía y consigo que se suban a la cubierta en busca de la bajante que está mal unida con la impermeabilización.

MILAGRO!!!!!: Me dan la razón y me dan las gracias por ayudarles a encontrarla.
Solución (espero que provisional): Hacer unas ñapas con silicona y vete tú a saber qué más bajo la lluvia en el momento en el que más agua estaba cayendo. Eso significa que, cuando vuelva a llover, más agua para mí.

Por si las moscas, empiezo a sacar los muebles con los que puedo del cuarto, no sea que el agua se adueñe de la habitación. Más tarde, sacamos el colchón de la habitación y separamos lo más posible el canapé del agua.
Ésta noche hemos dormido en plan "La princesa y el guisante". Nunca pensé que daríamos un uso tan literal a la marca más conocida de colchones que hay por éstas tierras: Sleep High 


Casi que tenemos que escalar para subirnos aquí a dormir.


Ésta es la fantástica base: 2 canapés de cama de 80 en estado ruinoso por los años que tienen y por diversión de nuestra gata. 2 colchones compauneros (que en el que vivo, en concreto, no son peores porque es casi imposible). Y, por último, nuestro pedazo de colchón. Total altura: 84-85 cm de altura a las que escalaremos, al menos, un par de noches más. 

Ésta mañana me planté en el edificio de administración dispuesta a conseguir la desaparción de la moqueta de mi cuarto que, cuando se moja, apesta a bicho grande muerto.
Para ello, conté con información privilegiada de con quién tenía que hablar para librarme de discutir con todo el resto de inútiles que no me iban a solucionar nada. (Millones de gracias de nuevo por la información).

Fue impresionante. En 20 ó 25 minutos conseguí salir del edificio con fecha para el cambio de moqueta por suelo de baldosas cerámicas, y eso que intentaron darme todas las largas del mundo. Entré a las 10 de la mañana y me la cambiaron a las 2 de la tarde del mismo día (vamos, de hoy mismo). Y sin pagar un mísero riyal!!!!!  Eso aquí, son palabras mayores. Aún estoy que no me lo creo.

Hoy, a eso de las 3 de la tarde tenía el suelo cambiado, las paredes pintadas (menos la de la gotera) y todo limpio un poquito más tarde. Os presento parte de mi nuevo sueloooooo:



Pero no terminó todo aquí. No. Cuando dejé todo como los chorros del oro y fui a cerrar la puerta...
Pues no cerraba!!! Era previsible, pero estaba tan emocionada que ni me lo planteé antes de que se marcharan todos los trabajadores. 

Fue rápido y medio indoloro. Llamé a mantenimiento y pedí que viniera un carpintero. Llegó rapidísimo.
Quitaron la puerta (que rozaba sólo en uno de los lados) y le fui a pasar el cepillo pero me dijo que no le hacía falta. Ahí me extrañé. Cuando cogió un formón, temblé. Y cuando se puso a quitar toda la parte de debajo de la puerta a martillazos (mi martillo, que a él se le había olvidado traer uno) aluciné y agradecí hasta puntos insospechados que no fuera mi casa ni mi puerta. Porque si lo hubiera sido, habría llorado por mi puerta mutilada y destrozada después de haber matado al supuesto carpintero.


Ahora ya veo la luzzzzzzzz Carolineeeeeeeeee.... Y si te tumbas en el suelo, ves hasta parte de la habitación!!!


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