jueves, 21 de enero de 2010

El regreso al desierto

Ya estamos de vuelta en este desértico país. Y no sé por donde seguir. Se echa demasiado de menos la lluvia, la nieve y los 2 días de sol que tuvimos en los 15 días que estuvimos por nuestra querida España.
Lo primero es decir a todos aquellos a los que no os pudimos ver, que en verano tendréis prioridad.
Realmente 15 días con fiestas de por medio dan para mucho menos de lo que esperaba. Comenzando por despejar cajas de la mudanza de las habitaciones de la casa que nos dieron en julio y que hemos tenido que abandonar durante este tiempo con todo el dolor de nuestro corazón.


El viaje se nos retrasó 1 hora y media en Madrid. Los de Spanair nos dejaron unos papeles para leer en los que ponía que los controladores franceses estaban de huelga y que no se hacían responsables de posibles retrasos.
El caso es que llegamos justitos a Frankfurt, nos libramos de pasar por más controles.
Al llegar aquí y esperar a las maletas, vimos sorprendidos que la última maleta que sacaron era un Charli. En ese momento dimos por hecho que nuestras maletas se habían quedado por el camino.
En ese momento vino un trabajador de aeropuerto preguntando por mí y diciendo que no les había dado tiempo a llevar nuestras maletas al avión y que llegarían en el mismo vuelo del día siguiente. Les dimos nuestra dirección porque dijeron que nos las enviarían a casa. Lo cual está muy bien. Y más porque al día siguiente, aunque ya fueran casi las 12 de la noche, nos las llevaron al compound.


Lo bueno de esto, es que no nos hicieron abrir las maletas llenas de comida.
Sirva esto para expatriados. El chorizo y el salchichón de pavo del Mercadona están muy buenos.
También hemos traído paté de pato y chorizo y salchichón de ciervo. Sale más caro pero, al menos, se pueden comer cosas de la tierra. Que cuando vuelves a España te sabe todo riquísimo. Ya no haces distinciones que podías hacer antes. Todo, absolutamente todo está bueno.


Lo que se echa mucho de menos es el poder ir vestida como te de la gana, el poder abrigarte porque hace un frío impresionante, la lluvia, el agua de Madrid, poder coger el coche, ir al cine, a tomar un café con los amigos, a la familia, ir a comer a un restaurante sin tener que ir más de una mujer para poder entrar a comer con muchos hombres y no tener que ir a la sección de familias y, en definitiva, todo, todo y todo.

4 comentarios:

Espectador dijo...

Lo que se echa mucho de menos es el poder ir vestida como te de la gana, el poder abrigarte porque hace un frío impresionante, la lluvia, el agua de Madrid, poder coger el coche, ir al cine, a tomar un café con los amigos, a la familia, ir a comer a un restaurante sin tener que ir más de una mujer para poder entrar a comer con muchos hombres y no tener que ir a la sección de familias y, en definitiva, todo, todo y todo.

Parece un lugar "maravilloso", de esos a los que nadie sueña con ir.

No me extraña que echéis de menos estar aquí.

Saludos.

Cuca dijo...

Realmente no es tan horrible, pero es que estoy llevando la vuelta un poco mal esta primera semana y me ha pillado un tanto más ñoña de lo habitual.
Aunque eso no es excusa para dejar en algún momento de echar de menos aquello :P

José F.Garcia Lloret dijo...

De todos modos aunque no sea tan horrible... tampoco es tan paradisiaco !!!!

Un saludo !

Cuca dijo...

Tangerin49. Esto es de todo menos cualquier cosa parecida a algo paradisiaco