Ésto va dedicado a todas las posibles nuevas Cucas que vengáis a vivir a éste paraíso islámico...
La Iqama es el permiso de residencia que te hacen cuando vienes con visado para quedarte a vivir aquí.
Gracias a tener Iqama, tu marido puede tener una cuenta en el banco, se puede comprar un coche o, incluso, tener un contrato de teléfono en vez de andar un una tarjeta de teléfono pirata.
Después de que te hagas en tu país de residencia los análisis de sangre en los que se deben incluir los resultados de las pruebas de que no tienes el SIDA y la Hepatitis B, los correspondientes certificados de salud, de penales, traducción jurada del libro de familia y ahora no recuerdo cuantas cosas más, llegas aquí y te repiten esos análisis de sangre y, en ocasiones, de algo más que de la sangre para que puedas tener tu Iqama.
Lo único que se entiende en el fantástico documento (siempre que no tengas ni idea de árabe) es tu nombre y tu número de Iqama. Para hacerte la Iqama también te piden fotografías tuyas.
Aquí es donde sufrió un ataque mayúsculo de la Sociedad Secreta una de nuestras últimas Cucas en llegar.
Digamos que se supone que, cuando llegas al país para residir aquí (y no sé si también cuando vienes de visita), te toman las huellas digitales y te hacen una fotografía. Yo me libré de todo eso y creo que ésta cuca es la primera que conozco a la que se lo han hecho, o al menos, la primera que me lo cuenta.
Ahora imaginad: 8 horas sólo de vuelo, más 2 horas antes de la salida del avión en el aeropuerto y más las horas que sean en otro aeropuerto para cambiar de avión. A ésto le añadimos los nervios y la incertidumbre de venirte a vivir aquí y de no saber cómo va a ser. Que vienes sóla en el viaje. Sabes que tienes que ponerte la abaya y poquito más.
No te han contado (o con los nervios ya ni te acuerdas) que no hace falta que te pongas el pañuelo y menos en el aeropuerto y, por si las moscas, tú ni siquiera sonríes para no llamar la atención. Que tu vecino de vuelo (un europeo que pertenecía a la SS) te dice que te tapes la cabeza con el pañuelo, que es lo mejor que puedes hacer.
Conclusión: Te hacen una foto en la que llevas el cansancio acumulado, no sonríes y tienes un pañuelico negro en la cabeza. Vamos, que pareces la Blasa o similar.
Ataque de la Sociedad Secreta: En vez de usar las fotos que tú has entregado en su momento y en las que sales divina de la muerte, éstos cabritos te cascan en la Iqama la foto de la Blasa.
Nocturnidad y alevosía: Cuando renuevas la Iqama cada año ó 2 años (en función de lo que hayan fumado ése día) NO TE CAMBIAN LA FOTO!!!
Así que ya estáis avisadas. Si venís con visado para haceros directamente la Iqama, nada de pañuelos en la cabeza, a no ser que la mutawa os lo grite amablemente, e intentad poner vuestra mejor cara después de la paliza de viaje.
Miles de gracias a nuestra nueva Cuca por compartir ésta información con nosotras.
Hace 13 años
1 comentario:
Jaja es cierto!!! Sin embargo a mí me pasó justo al contrario. Quise cambiar la foto de mi iqama por una con velo que no generara tantos comentarios ni perspicacias entre los funcionarios cada vez que yo o mi marido tramitamos algo, y resulta que me he quedado de por vida con aquella que mi hicieron la primera vez que entré en el país, con la melena rubia al aire y las gafapasta rosas..jaja..qué vergüenza!!!
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