Todos creíamos que la saudización era que en las empresas tenía que trabajar un tanto por ciento de saudis.
Ciertos estudios propios demuestran que el concepto es mucho más amplio. Que cuando llevas aquí más tiempo del estrictamente necesario, un tanto por ciento de tu ser comienza a saudizarse, y eso me da mucho miedito.
Hay gente que ya debería volver a casa. Te empiezan a gustar los brillitos, los dorados y plateados, todo aquello de lo que renegarías antes de haber pisado éste país.
Para muestra un botón:
¡¡¡¡NOS ESTAMOS SAUDIZANDOOOO!!!!
Hemos colocado nuestro nuevo cabecero de cama, formado por 3 tableros de mesa del Ikea, SIN QUITARLE LOS PLÁSTICOS, igualito que hacen ellos cuando se compran un coche nuevo!!! No quitan los plásticos para que todo el mundo sepa que el coche es nuevo. Los he visto incluso con los corchos que ponen en las puertas para que no se golpeen los bordes al abrirlas. Y, por supuesto, nada de quitar los plásticos de los asientos.
Lo bueno: somos conscientes de que hay que luchar contra nuestra saudización interna y, en cuanto tengamos los elementos para convertirlos en un sólo tablero, los plásticos desaparecerán.