jueves, 16 de febrero de 2012

La noche los confunde

¿Qué te puedes encontrar en mitad de una calle por la que transitan coches a eso de las 12:30 de la noche cuando sales de una fiesta de cumpleaños de un compound que no es el tuyo?

A unos 10 charlis jugando al criquet en mitad de la calzada. Pero ojo, con esa especie de porterías y todo montadas!!!
Para qué se van a ir a un descampado que tienen a 3 minutos andando, si tiene más emoción jugar en mitad de la calle a la vez que esquivas los coches.

sábado, 4 de febrero de 2012

Confidencias en mitad de la noche

Tal y como cantaría Miguel Bosé:

Seré el Llamante Cansinoooo, Cansino
Marcador, marcador destrozado
Conectaré en mil momentos contigo...
Por siempre, seré tu héroe llamadooooooooooorrrrrrrr

Y ésta tontada que me ha dado tiene una muy buena razón: Los Cansinos Telefónicos (sí, José Mota ha hecho mucho daño a nuestro vocabulario últimamente), es decir, mozuelos de la zona que, como no ven chicha femenina, juegan a la lotería telefónica a ver si consiguen hablar con alguna chatina y decirle cositas de amor. Creo que también se dan éstos casos entre ellas en busca de una voz masculina al otro lado de la línea. 

Sucedió hace unas noches. Justo cuando estás en tu mejor sueño, suena el teléfono y te llevas un susto bastante considerable. Me dió por descolgar y no decir nada. Ya que llama a esas horas, que se deje los rialillos, que yo no soy nadie para impedírselo. 

Lo más normal habría sido que el animalico insitiera un par de veces más y, al ver que lo que obtenía por respuesta era el silencio más absoluto, dejar de llamar e intentarlo con otro número.

Pues no. Éste no sé con quién esperaría hablar que le descolgué el teléfono unas 10 veces. 
10 llamadas a unos 5 halooooooooo por llamada nos da un total de tonto del culo y no paga matrícula si ves que no has recibido ningún haloooooooo por respuesta a tus 50.
Por medio recibí un mensaje en árabe que, por supuesto no entendí. Y como culminación a 10 llamadas baratitas descolgadas y sin responder, me deleitó con una video llamada. Éstas son algo más caras, así que, ya que estábamos puestos a que se dejara dinero, respondí y apunté la cámara a lo oscuro del cabecero. Pude ver de refilón un cuarto con una silla. Bastante fea, por cierto. No llegué a ver al llamadorrrrrrrr.

Después de todo eso, y ya cansada de ver que el llamador nocturno no se cansaba, decidí intentar dormirme de nuevo. La sorpresa llegó a la mañana siguiente cuando me encontré con ésto en el móvil:


He de decir que jamás en mi vida he recibido tantas llamadas perdidas ni aún tratándose de algún tema importante. Lo que hicimos con los mensajes es enviárselos a un amigo que nos los tradujo. Muchas gracias de nuevo.
Hemos de decir en éste caso, que ha sido bastante más aclarador que el famoso traductor de google que nos daba una versión un tanto más guarreta a la par que incoherente.

Los mensajes decían lo siguiente:

Bien, dime quién eres,
Bien, chico o chica
Abre tu cámara para que te vea 
(y como brocheeeee) Pues cierra tu cámara que yo te muestro.

Ésto es sólo una muestra de lo que puede hacer una sociedad tan súmamente represiva como ésta con su juventud, y seguramente, con los que ya no son su juventud.
Una pena, pero los convierten en los bichos más salidos que he visto en mi vida. Porque no es normal que si alguien no te responde al teléfono o bien estás enfermo e insistes, o estás tan salido y aburrido y te sobra el dinero que te puedes tirar toda la noche llamando y enviando mensajes a alguien que no tienes la menor idea de quién puede ser y con quien te puedes llegar a buscar un buen problema si das con la persona equivocada.

Así ha sido y así se lo hemos contado.