miércoles, 24 de noviembre de 2010

Cómo cambiar un cable de teléfono y datos

Se lo dejaría a los de bricomanía, pero no me he podido resistir.
Se están modernizando en el compound. Están cambiando el cableado para el teléfono e internet.
Ayer me los encontré en la puerta de casa a eso de las 3:15 de la tarde. Nadie me dijo nada. Cuando me disponía a salir porque me venían a buscar y me dicen que tienen que entrar en mi casa a cambiar el cable y que antes yo no estaba en casa y no pudieron hacerlo. Lo cierto es que, desde las 11:15 de la mañana hasta las 3:05 de la tarde, yo no había estado fuera de casa. Supongo que es lo que pasa cuando no se atreven a llamar a la puerta, tal y como vi que hicieron con la puerta de mis vecinas. No se atrevían a llamar los que venían cambiando el cable. 
Lo siguiente que hicieron fue preguntarme a qué hora estaría hoy en casa. Mi respuesta fue que a qué hora vendrían. Me dijeron que a las 10.

Día de hoy: El cambio del cableadooooooo.

Aparecen a las 11 menos cuarto. Entran, retiran la mesa y las sillas que tengo delante de la clavija del teléfono.

2 operarios para quitar la clavija (retirar 2 tornillos es tarea complicada) 
Otros 4 en el cuadro que está en el portal al lado de mi puerta (vease foto de cuadro con enchufe de un día de estos).

Clavija retirada: entra tercer operario con cuerda (guía) que se pone a desenredar. 

Entra cuarto operario. Entre todos descubren el cable que tienen que retirar, lo enganchan a la cuerda, entra quinto operario para prestarles cinta aislante. 

Cuerda enganchada. Se retira cuarto operario. Comienzan a tirar del cable desde exterior mientras 3 operarios sujetan la cuerda mientras pasa por sus manos (im-presionante, en 2 palabras).

Con sólo 3 operarios en exterior es imposible tirar del cable (no me asomé para ver cuántos lo estaban haciendo a la vez) y desenredar el cable nuevo que viene en una bobina.

Entre 4 operarios y un poco menos de 10 minutos consiguen dejar libres unos 10 metros de cable que serán los que introducirán en mi casa.

La cuerda llega al exterior. Una vez en sus manos, no separan cable antigüo!!!! y enganchan cable nuevo a cuerda en su punto de unión con cable antigüo!!! y proceden a introducir todos los cables. 

Otra vez 4 operarios en interior tirando de la cuerda. Retiran cinta aislante. Enrollan cable nuevo y........

¡¡¡¡Vuelven a enganchar cable viejo a clavijaaaaaaaaa!!!! Eso sí, dejando cable nuevo asomado perfectamente por exterior de clavija.


Esto no tiene precio para un decorador

Así de fácil es. Sólo necesitas 6 personas para cambiar un cable que finalmente no dejas colocado y que, además, se pase otro más para cotillear.

Cómo se nota que a esta pobre gente les pagan 2 duros y no hay problema porque se tiren algo así como media hora para hacer una cosa que se tarda en hacer poco más de 5 minutos.

Parece ser que la semana que viene o el mes que viene (no lo tiene nada claro) vendrán a colocar otro tipo de clavija para internet, teléfono y televisión. O eso he entendido yo.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Alí Babá y los 40 Twix

Ayer fuimos al Carrefour. Nos dio el tiempo justo de entrar justo antes de la hora del último rezo. Esto significa que tuvimos demasiado tiempo para hacer la compra de las 3 cosas a por las que habíamos ido y que, al final, empezamos a dar vueltas por el carrefour y que nos llevamos bastantes más cosas de las previstas.

Ya camino de la caja, vimos una zona en la que había cajas de Twix. Pero no era el Twix de toda la vida. Venían recubiertos de chocolate blanco en vez de el de chocolate con leche. Decidí que los tenía que probar.
Me asaltó la duda de si se podrían coger de uno en uno o si habría que llevarse toda la caja, que no era especialmente grande. Al final, decidimos coger la caja entera.

Llegamos a la caja para pagar. Lo primero que pusimos en la cinta fue la caja de Twix blanco.
Yo pensaba que era complicado que nos pudiéramos sorprender mucho más de las cosas que hacen en este país ya que, con el tiempo, llega un momento en el que las cosas que te sorprendían o te hacían gracia, dejan de hacerlo y empiezas a verlo con los ojos de occidental que está hasta las mismísimas narices de que esta gente sea tan inútil.

Me equivocaba.......
El cajero procede a pasar por el lector el código de barras de la caja de Twix. No funciona. No lo tienen registrado. Se me queda mirando con cara de susto (algo habitual cuando comienzan a bloquearse) y me dice que tendrá que abrir la caja para pasar el código. Le respondo que no hay problema y que abra la caja.
Abre la caja y, por sus gestos y caras, deducimos que no sabe cuántos vienen en la caja y que tiene la intención, si nosotros no lo impedimos (parecía que quería que lo impidiéramos con todas sus ganas), de pasar uno a uno todos los Twix que venían dentro de la caja.
Al ver lo que pretendía hacer, le comunico que hay 40 unidades y le señalo dónde viene escrito (véase documento gráfico nº 1)


Y aquí es donde, si nos estuvieran grabando con una cámara oculta, se vería nuestra cara de ésto no puede ser cierto. No se puede ser tan inútil. Realmente me están grabando y me van a sacar por la televisión.

El documento gráfico número 2 ilustra a la perfección lo que hizo este cajero sobradamente preparado para su puesto:

De la 5 a la 45 ilustra las 40 veces que el cajero lumbreras pasó el mismo paquete de Twix por el lector de código de barras mientras que mi marido y yo nos moríamos de la risa a la par que no nos podíamos creer lo que estábamos viendo. No sabía marcar el producto y multiplicarlo por 40. Y menos mal que sólo eran 40!!

Al final le regalamos el Twix al Charli que metía las cosas en las bolsas, porque, sin su estimable ayuda, el cajero que era más parado que los ojos de Espinete no hubiera sido capaz de abrir la caja y pasar uno de los paquetes 40 veces por el lector.

Increible-ble, pero cierto. Hemos de dar gracias por estos momentos, que nos hacen más entretenida la estancia y nos dan algo más de qué hablar.

martes, 2 de noviembre de 2010

Casi de regreso

Ya estoy casi de vuelta en estas tierras. Se ha hecho más raro por haber disfrutado tanto tiempo de España y de cositas como estas:






El cielo de Madrid. Ésta preciosidad plagada de nubes que se dibujan recortando el AZUL del cielo. Porque sí, en España el cielo es azul. El día que llegué de nuevo aquí, aterricé por la mañana. Al acercarnos con el avión, se medio distinguía lo que parecía ser la ciudad. Cuando comenzamos el descenso, nos adentramos en una capa de polvo en suspensión junto con la contaminación que hay por aquí, que todo lo que se veía era naranja (y no había tormenta de arena). Hacia el final de esa maravillosa capa ya se podía distinguir la ciudad.
Una ciudad enorme, bien organiza en manzanas enormes y, sin embargo, un caos total debido a la sensación de suciedad y a la cantidad de solares vacíos en el centro de la ciudad, los montones de escombros desperdigados y ese tono amarillo anaranjado que reina en todas partes.

Pues eso, un mes y medio disfrutando de los azules, verdes, de respirar aire puro (cualquiera diría que yo llegaría a decir que el aire de Madrid es puro alguna vez en mi vida), de la familia y de los amigos, de conduciiiiiiir, de tener la absoluta libertad de salir, entrar.

Un "Valdastico" viaje a Italia de fin de semana a la tercera boda a la que pude asistir con un montón de amigos, una escalada sin tregua por el camino "del apache" (en italiano de la pace) donde nos acribillaron los mosquitos y donde tuvimos unas vistas privilegiadas del Lago di Garda. Un cambio momentáneo de la novia por uno vestido de merengue con el susto que se llevó el novio, hasta que llegó una preciosa novia italiana. Una ruta casi a la carrera atravesando Venecia en hora y media con la ayuda de un iphone que a veces perdía la cobertura.

Y ya la vuelta. Lo que me he estado dedicando a hacer para estar muy ocupada y llevar mejor la vuelta ha sido esto:

Bollo de chocolate receta de M. una ex-cuca se se nos ha marchado en verano definitivamente.


Pollo relleno de champiñones y calabacín con cuscus y salsa de pimiento, cortesía de Arguiñano (otro de mis entretenimientos de este mes y medio para intentar variar un poco los platos que podemos preparar por aquí).

Y ya estoy casi de vuelta por aquí pasando esta semana esa semana de sueño contínuo que da a veces al llegar aquí. Y además totalmente desinspirada para escribir... Esto de perder las buenas costumbres es bastante malo. 

Gracias a todos los que habéis seguido mirando a ver si me daba por escribir durante todo este tiempo de sequía.